" Hemos dicho que el poeta defrauda
la creencia puesta en él,
muy principalmente a las mujeres;
todas le escriben para conocerlo,
despues lo dejan desoladas:
es demasiado chic. "

miércoles, 25 de mayo de 2011

Lo primero es beber un café cargado
Los nervios comienzan a picar las mejillas
Necesidad básica de hundir los pies en el vacio
Camino de aquí para allá y mi estomago cruje de ansiedad

Iba pateando las piedras del asfalto a media noche
A la par,
mis pensamientos no dejaban de estrecharse
en esa luna omnipotente que es la ausencia
De repente,
Pero tranquilo,
Mi vista gira entre los ejes
Nada escandaloso
Me percato de que tengo que escribir
Un papalote
Una luciérnaga
Cosas del tipo
Una silla digamos podría ser
Algo no tan contrastante
Un papalote que diga rojo verde azul índigo
Amarillo
Que diga ayer antier hoy casi nada de días
Sin viento
Como cuando estas y luego no y luego si
Y luego no
& luego si & luego no
Una luciérnaga que se enmarañe de sus formas
& su cola
Estela de humo no deje de sonar palabras poco distinguibles
Formas insaciables de mensajes cálidos
Que dicen abrazo
O que gritan tu cabello hoy esta tan
Pero tan enredado
Que formas de nido y de aves y de cantos
En tardes tangerinicas
Tardes tangerinicas en planos inyectados
Después del café viene la confusión tardía de cuantas palabras cuantos minutos
voy a utilizar en quizá cada verso
Que en realidad no es verso si no hilito de imagen que ya no
logro percibir como fue o como probablemente nunca sea
Ay,
Si tan solo aquel cigarro no me hubiera remolido los peldaños
La caída habría sido más reconfortante
O no tan mala desde un punto más real

En cuestiones generalmente elegiacas

Que más bien tienen que ver con esa silueta que te formas
Con tus vestiditos de bazar y tus sopas instantáneas
con tus quehaceres diarios
y bueno, ¿por qué no?
El papalote gira demasiado entre nubes que desearía escribir distintas
Pero que en realidad solo son blancas
risas que se derriten en la cama en donde casi nunca dormimos
O dormimos todo el día

Fragmentos innecesarios de todos los poemas que tengo que escribirte
& de aquellos que tengo que olvidar

Las lecturas privadas de estos no contrarrestan aun esa naturaleza
Insuficiente que le doy a todas mis letras para poder al final
No decir realmente nada.

miércoles, 18 de mayo de 2011

EL polvo está asustado y la causa más probable
son esos temblores que estrujan la recamara
Las luces se reflejan en el techo como vagones hechos de ruido
Vagones que observan desde un picado electrizante

Colocar los huesos en la superficie
Carezco de limbo, carezco de cárcel, carezco de cielo
Y nada puede crear más eco
Que el desfiladero de esta juventud tan patética
Esta juventud que empuja al azar

Navajas que alguna vez llamé manos
Llamé pies
Llamé águila hambrienta

El camino
Sucede que a menudo
El camino se impregna de flores
Se baña de aves, se atraganta de insectos

Avancemos descalzos
A lo que los cuentos dicen existe sin motivo
Estoy tan sumergido
Como la primera vez que me senté en el retrete
El dolor del mundo esta desfigurado
& el aroma de nuestro miedo es cada día más penetrante

Decidí sentarme en el jardín y observar las flores
El aroma del pasto después de la lluvia
El aroma del pasto y los rayos de tormenta
Estuve tan lejos, tan cansado
& nunca aprendí a resignarme

Los mosquitos reposan en mis hombros
El recuerdo de las caras tristes
Niño solo en el bosque / niño desnudo
Escribe un poema y escucha a los Beatles

Nunca fue un poeta
Solo un niño de diez años observando las nubes
Atrapando partículas
Solo un niño triste que se canso de gritar

Las dunas lo agotaron, poco a poco
Un niño cansado no es un niño
El blues comienza con un instrumento extraño

Entonces sale el sol con su corola de sangre
Sangre que anuncia labios
Labios partidos
Lenguas blancas / paladares desérticos

Estoy en cuenta regresiva & el camino está empedrado
Todos los regresos  se transitan más fugaces de lo que aparentan

Acércate sin necesidad de mí
Acércate
Aunque no tenga nada que ofrecerte
A veces el sentido nace del vacío insondable
Tú lo sabes,
Conmigo siempre

El sol no hace otra cosa que derretirnos en su cripta de carne
Estuvieron ahí,
Aprisionados contra la ventana
Y la luz siempre
En un constante Fade Out

domingo, 15 de mayo de 2011


Para R.


En los archivos:
.-Distintas versiones de la muerte dibujadas en esa libreta
.-Un apartado poético con una detallada descripción
De cómo todo termina.







(Poema numero 532)

Pensó que el cansancio no tendría repercusiones en su estado anímico
Y nunca estuvo más equivocado.
Comenzó por volverse viejo
Todo de la peor forma, la más dura
Comenzó por volverse un ave y de pronto las cosas ya no eran las mismas
Los ríos enfurecieron y el silbido del viento siempre era una sentencia de muerte
¿Cuántos poemas leyó internado en esa cueva desgarradora de días?
Las palabras no eran más que mierda embarrada en la pared
La poesía no vale nada.

(Uno comienza a darse cuenta cuando encuentra motivos para seguir vivo
El primer desencanto es que la poesía es inútil, y las cosas ya de por si son inútiles.
Pero, ¿querer seguir vivo?)

Fue entonces que se percato de todos los errores que estaba cometiendo
Todas las faltas.
Todas esas cosas horribles que se olvidan en el instante en el que uno voltea a verla
Necesito salir corriendo, pensó.
El eclipse comenzaba a consumirlo








(Poema numero 533)

Camina suspendido en el asfalto de quien sabe cuántas calles negras.
Aquel día supuso que la tristeza se acercaría como un viejo amigo.
Despertó con un amargo sabor de boca y ni siquiera tuvo ganas de contestar el teléfono.


El sol deslumbra, apenas logra ver la banqueta, las aves pían a ritmo de lluvia
Las aves se revuelcan en las copas de los arboles.
Las aves sobrevuelan su cabeza y la estampida de sombras comienza otra vez.
Las resacas de los lunes son una mierda.

Parte dos

Infinito camina cuarenta y ocho minutos hasta llegar al centro de la ciudad.
El centro es como nunca lo imaginó, el centro está lleno de basura
De cabezas de pescado, de gente que no desea nada.

Nota: Escuchar la palabra resignación en una canción le crea un nudo en la garganta

Nuca debemos tener miedo,
Las cosas existen determinadas por un azar decepcionante.









(En un cajón con  una serie de narraciones disonantes ya podridas por la lluvia
Escrito con el nombre de Poema numero quinientos treinta y cuatro)

No me preguntes como sucedió, la casa estaba hecha pedazos, el lavabo no servía y las ventanas, todas rotas dejaban pasar a las aves, la luz y el frio o cualquier asesino a sueldo que decidiera visitarme.
Nada quedaba en ella que pudiera rescatarse. La comida estaba podrida y la ropa también. El cajón de los poemas hace meses estaba desmoronándose por la humedad y ya casi ningún escrito era legible, igual que todas las cosas que existen cercadas por la lluvia.
Fue una mañana después de beber demasiado, me di cuenta que tenía que abandonarla. El sol empezaba a incendiar el techo y los ratones desgajaban los cimientos con velocidad de corredor somalí.
Eso es todo, decidí dejar la casa. Lo primero que paso por mi cabeza fue bañarla en gasolina y prenderle fuego, entonces me percate de que no tenía dinero para gasolina o algún producto inflamable. Me senté en la banqueta a pensar que podía hacer. Después de un rato salí corriendo a embriagarme.
Camine por el centro, fume cigarrillos y platique con un cabronazo que decía trabajar para M. El tipo era un necio y además de asesino, tenía aspecto de vendedor de hamburguesas.  También tenía un sombrero negro parecido al de los detectives cobardes. Recito un poema de Neruda e hizo una reverencia. Al inclinarse dejo al descubierto su calvicie y un cabello encanecido y mugroso de mas. Le pregunte si era poeta. Como ya dije, respondió que era asesino. Me mostro cuarenta y ocho cicatrices en su brazo derecho y quince en el izquierdo. Ya te imaginaras, usaba dos Magnum Colt Python 357. Una en cada mano. Según él, es mejor tirando a matar con la derecha, con la izquierda suele apuntar a las rodillas o los brazos. Charlamos de distintas cosas. Te preguntaras ¿de qué cosas pueden platicar un asesino y un poeta? Pues de cosas comunes, ya sabes, bebidas, mujeres. Indagar de distintas formas la conexión entre las mujeres y la muerte, este es el tema fundamental. A pesar de todo este tipo era un borracho bastante necio y la mayoría de las veces que intentaba decirle algo me callaba, alegando que yo era un pinche cabron demasiado flaco para saber algo de armas o mujeres, mucho menos de poesía y se reía a carcajadas. Me decía, “no digas pendejadas morro” mientras me enterraba la Colt en el estomago y yo solo apretaba los dientes.
Nadie le cree nada a los morros flacos y pendejos, sobre todo cuando están despeinados y deprimidos. Le dije que yo era un anti nerudiano, heredero ilegitimo de Parra y Bretón. Inesperadamente decidió rociarme con pachuli. Nunca había conocido el pachuli, solo había oído hablar de él.
Intentaba escribirte un poema pero no pude ni siquiera cagar. Soy poeta, le dije al infeliz asesino. ¿Sabes lo horrible que es intentar escribir un poema y percatarte de que ni siquiera puedes cagar? En la beduina estas cosas pasan. La primera cosa que debes saber es que no hay cagadero, es gracioso si analizas cuanta mierda pasa por el taburete. Solo existe un mingitorio al final de la barra.  Excentricismos que sobrepasan la miseria humana. Un poema y la caca son parecidos. Ambos entran de las formas más apetecibles por los orificios tan chistosos que tenemos en la cabeza, y casi siempre terminan saliendo disparados por el culo. Un chapuzón en el retrete y no más, pero yo  ni siquiera podía tirarme un pedo.
Cuando regrese  a casa compre dos cigarrillos, una cerveza y tres paquetes de papitas. Estaba muy ebrio, demasiado. Fume los resquicios de hashis que quedaban en mi pipa y empecé a cerrar los ojos con Chopin. Caí dormido y tuve un sueño muy extraño. Estaba en una fiesta que ya había durado mucho tiempo. La fiesta la daba el ahijado de M. Había drogas, mujeres desnudas y demasiado alcohol. También estaba J.L. Godard en una mesa en donde había tres magos y un detective. ¿Qué hace J.L. Godard platicando con esos deplorables hijos de puta? Nada, seguro busca actores, deberias conversar con el, me respondías desde el otro lado del jardín.
En la fiesta yo hablaba de la comida con C. mientras  tú que estabas sentada frente a nosotros hablabas con un tipo detestable que te abrazaba de formas repugnantes.
En ese momento yo decidía salir de aquella casa, te preguntaba si querías ir a dar una vuelta y respondías que sí pero cuando salía de allí tú ya no estabas conmigo y cuando regresaba a buscarte habías desaparecido. Incluso el abuelo estaba ahí dentro, pero él no sabía nada de tu existencia. ¿? ¿Quién carajo es ?, me gritaba al tiempo que orgasmeaba a una puta que se mecía sobre su verga. En fin, pensé que probablemente te habías escapado con aquel guarrazo de extraña existencia y yo ya no podía hacer nada para encontrarte, sabes a lo que me refiero. Contigo he aprendido a resignarme.
Cuando salía la luz me cegaba y en realidad todo era muy deslumbrante, por ejemplo las caras de las personas que también parecían maniquíes, o la mirada de los insectos que lograba reflejar el sol de maneras monstruosas, todo esto era de verdad brilloso excepto yo, que estaba triste. Tenía un color opaco, parecido al de los espejos viejos, esos que ya no logran reflejar nada.
Amanecí triste y me percate de que lo mejor para mí era convertirme en un vagabundo, pero de hábito forjado, no nada más de pasatiempo. Una férula nunca detendrá mi hambre, pensé cuando vi la basura de papitas por todo el suelo, mis moneditas tiradas en el piso y esa cerveza a medio beber que me fio el de la tienda.
No tengo ambiciones y es la mejor manera de volverme loco sin que nadie chiste nada, transformarme en un vagabundo de hábitos transgresores y palabras inentendibles. Así podría caminar de aquí para allá, nunca bañarme y escribir todos los poemas que nunca pienso. Podría buscar comida en la basura, imagine al ver que mi casa en realidad era el contenedor más grande de la ciudad. Si todos pusieran un poco de su parte podría llegar a ser el basurero municipal.
También podría robarle el dinero a tipos desafortunados y embriagarme el cuarenta por ciento de mi tiempo. Un veinte por ciento lo usaría para dormir, y el otro cuarenta dejaría mi mente en blanco. Tú ya sabes, como cuando me dices que soy un zombi por quedarme tanto tiempo sin decirte nada. Pero es que, ¿qué puedo decirte? Igual que al mundo, no tengo nada que contarte. La mayoría del tiempo me gustaría ser más interesante, poder provocarte sonrisas o deseos. O por lo menos ser más honesto conmigo mismo, como cuando me has preguntado qué me pasa y te contesto que nada, en realidad me pasa todo, en realidad me pasa que estoy junto a ti, eso es lo que me pasa. ¿Pero qué quieres que te diga? Discúlpame pero es que estoy junto a ti, no verdad, sería extraño decirte eso. Pero tú ya lo sabes, tú ya sabes lo que me pasa cuando estoy junto a ti, lo has sabido siempre y sin embargo actúas como si lo hubieras olvidado.







(Poema numero 535
En el parque del desfiladero)

Mi tristeza era apabullante
Las resacas de los lunes son difíciles de digerir
Hoy vine a la Beduina a escribirte un poema
El cráter limita las llamas de una escopeta infierno.
Juicio Final
Te quiero tanto
La esquina perteneciente al mundo que me ha enclaustrado
No es la misma / el atardecer / el remedio / casi nada de luz
Te extraño
Aunque mis poemas sean los peores del mundo
Y aunque me imagines como el tipo más feo
El cabrón más incompetente
Te escribo
Me gustaría, en lugar de quemar mi casa
Regalártela, para que la pintes del color que quieras
Para que aspires todas las mañanas el pelito de los gatos.
Para que hagas lentejas y plátanos fritos
Con ese cariño tan inherente a ti.
Podría renunciar a mi vida allí y aparecerme en el bosque
Como una ardilla.
Lo haría por el arte, objetivamente
Ejercer el arte, sin besarte. (Verso sin esfuerzo)
La poesía sin un lucro
Un final sin pensamientos.
O quizá el egoísmo en su causa más noble
Necesito aprender esgrima, retaré a mucha gente a duelos
Sobre todo a los que te pretendan
Y a otros que me caigan muy mal, por ejemplo
El imbécil ese que vive enfrente de casa de Enrique
Desgajar tus bucles es algo que extrañaría en demasía
Siempre fue un buen alimento para la melancolía
Delirio, contagioso como enfermedad sexual
También extrañaría tus ojitos dormilones
Rasgados como rasguño de jacaranda
Tus manos
¿Cómo te digo que tus manos están abastecidas como mercado en la mañana?
Aromas y sabores, antojos, casi nada es obscuro
Como cuando tocas la guitarra
Y tus dedos cayados son cada día más canijos








(Poema numero 536
Bob Dylan camina despacio junto a ti y no dice nada, solo sonríe)

Cuando terminé de escribir escuché a Bob Dylan
Recomiendo su interminable apatía
Bob Dylan es genial
Un escritor que no escribe
Una broma que no da risa
Una eyaculación precoz
Un multi-orgasmo sin ningún te quiero
El autobús destazado
Unos cientos de canas al aire, heridas en el glande
Órganos vitales: desmadrados
Carnicerías que dan miedo
Un cagón que no caga
El dormitorio sombrío
Cinco monedas en la bolsa
De tres denominaciones distintas
Dos de cincuenta centavos
Dos de a peso
Una de dos
La luna que parece limón
Y tu ausencia, instalada en las áreas limítrofes
De la desesperación

Aquel día fui el último cliente. Ni que fuera DJ. Al salir rebotaba en las paredes y me quede dormido en una banqueta de la cuatro poniente. Tome un taxi del que salí corriendo a causa de mi falta de dinero. Llore mientras caminaba. Llore por no saber absolutamente nada. Cuando llegue a mi casa vomite. Vomite flores. Vomite veneno. Vomite toda la bilis, la cual tomo forma de mancha melancólica embarrada en el piso, parecía monstruito. La he observado durante horas y le he encontrado muchas formas la verdad. Una de ellas es mi epitafio









(Poema numero 545
El eclipse comienza a inundarte)

Espero sentado el eclipse,
pensando en esa canción desesperada
La única que aprendí de memoria.

& el eclipse tarda
el eclipse nunca llega.

Yo sigo esperando.

Para eso naciste como si hubiera sido ayer,
Todo parece haber nacido ayer.

En medio de un crucero perverso,
ó parado en el puente peatonal que se derrumba

La calamidad arranca & sin embargo
La desnudez no llega
La voz en el andén & nadie escucha que la nota se derrite.

Así son las cosas en las estaciones limítrofes
En donde existen trenes que se bifurcan
O personas que abordan & nunca llegan

Yo espero en la sala del eclipse
Yo espero a que el rio se desborde
Yo espero a que mis ojos escampen

*

El impacto de la luna blanca


Dijiste que no lo intentarías y pareciera que temblabas
Supiste que nunca dejarías atrás esas imágenes
Supiste que las cosas terminarían de la peor manera
Y aun asi no tuviste el valor suficiente
Nada en ti fue suficiente

*

Estoy aquí
En el exilio
Esperando resolver el crimen
Caminando hacia lo obscuro
En donde mi sombra dejará de reflejarse.







(Poema numero 601)

En la parte más obscura
de la parte más callada
de la parte más pendeja
de la puta vida






(Poema numero 551
En la estación)

Revisa el boleto de autobús. Ciento veinte pesos, anden 38, puerta 2, a las siete con cuarenta.
Existe un bullicio a medio volumen, muy parecido al de la televisión cuando esta sin señal.
Algo así como suave e inentendible, delicadamente caótico. Algo que con los ojos inyectados puede llegar a parecer muy confuso. El frio es duro, el estomago vacio y la mochila llena. El último chisguete de luz se consumió entre sus dedos hace aproximadamente dos horas. Los restos reposan en el mata-bachas. La sensación de nervios empieza ya a hacer mella en la realidad hermética de Nube. Las manos le sudan.
Cadáver exquisito, repentinamente.
Un conjunto palabras pre-grabadas que sueltas no tendrían sentido alguno, ahora dictan la sentencia que el destino le depara. La voz de un excéntrico robot mujer:
“Pasajeros con destino a: Ciudad de México, Central del Norte, Favor de abordar el
autobús: 12, estacionado en el andén: 38, con salida a las: siete horas con cuarenta minutos…
Pasajeros con destino a: Ciudad de México, Central del Norte, Favor de abordar el autobús: 12,
estacionado en el andén: 38, con salida a las: siete horas con cuarenta minutos…
Pasajeros con destino a: Ciudad de México, Central del Norte, Favor de abordar el autobús: 12,
estacionado en el andén: 38, con salida a las: siete horas con cuarenta minutos”
Tristán Tzara se presenta en su cabeza, como un recuerdo inmaculado del azar.










(Poema numero 301)

Escena 5
(Plano panorámico / industrial-infinito)

El amanecer.
Siempre me haces cruzar caminando
El amanecer, ò
Amanecer cruzando el camino, ò
Caminar por un amanecer cruzado
Enredado
Enraizado
Desgreñado
Como tu cabello







De: E.G.H.