Esta tarde hasta las hojas sienten frio
Los perros, el autobús,
las ecuaciones en los edificios de gobierno
Esta tarde sobre mi cabeza
los moscos giran como cuervos
Y la lluvia solo es la suave advertencia
del melodrama que se aproxima
Entonces cierras los ojos muerto de sueño
Pero tus pies siguen el camino que ha de llevarte al infierno
Los libros, esas pinches películas asiáticas,
El realismo italiano, algunos cafés bien cargados
Hasta los gatos exigen abandono al término del día
Exigen la caricia de una noche temblorosa
Y tú no puedes ofrecer ni noche ni temblor,
Ni realismo italiano.
Esta tarde los autos te deslumbran con sus lámparas de halógeno
Te miran las pupilas
que se ensanchan como anos penetrados
Y las lágrimas son sangre,
y la sangre va con mierda
Se burlan de ti mientras su ronroneo te grita
que nunca aprenderás a manejar,
Y para siempre y por siempre
Alguien más la llevara a su casa.